El domingo fue el momento de la salida de Leandro de Gran Hermano y el lunes se enfrentó a Peluffo y al panel de debate, una tradición ya instalada en el día después de la expulsión de la casa. Ya no está Jorge Dorio y sus especulaciones hegelianas para hacernos creer que estamos hablando de algo importante, pero algunas perlas salen de vez en cuando. Me sorprendió ver una versión light de Leandro, lejos del revolucionario doméstico que vi adentro, enojado y protestando la sanción de Big Brother por la comida. Gracias a la producción por Gastón Trezeguet, que tiene ácido en las venas y disparó justamente sobre eso, haciendo resaltar las contradicciones del muchacho más enamorado del mundo. Más allá de su momento brillante (como nunca había visto Gran Hermano en el pasado, Leandro le preguntó a Gastón: "¿Vos, quién sos?"), quedé confundido acerca de quién es el verdadero jugador, si aquel revoltoso en pie de guerra o este cordero que reconoció que nunca había leído el reglamento del juego antes de entrar (Trezeguet estaba a punto de explotar a esta altura). Seba de Caro era claramente el único del panel que simpatizaba con Leandro, y también el que menos onda tenía con Cristián U, mientras que Fernanda Iglesias y Amalia Granata también sumaron algunos porotos de valía. Pero desde acá, sólo tengo loas para Gastón Trezeguet, lo más cercano a la reencarnación de Nico Maquiavelo pop que hemos visto por estas pampas.
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