Fue el resultado más cantado de Gran Hermano 2011, comparable a esperar el rating de Bailando por un sueño o a ver un partido de Rafael Nadal. La única duda es ver cuánta ventaja sacan. Lo cierto es que la gala de expulsión de anoche marcó la salida de Natalí, que sacó poco más del 62% de los votos, una enormidad si consideramos que además estaban en placa Cristián U y Luz. Además de ponerlo a Fort (cariñoso apodo para el paseador de perros) en una posición de aparente invencibilidad, la partida de la santafesina dejó a su grupo como un montón de tiros al blanco móviles, empezando por la pobre Solange. La tucumana parece tener todos los números para la próxima gala de nominación, y, por la forma en que se viene desarrollando el programa del domingo, todo parece indicar que seguirá el camino de sus compañeros si nada cambia radicalmente. Me queda hasta el jueves para ponderar su destino, para agradecer la buena suerte que tuve de poder hacer primer grado (sé que es un mundo cruel Emiliano, no es tu culpa que no sepas que censura se escribe con "c" y no con "s"), y para pedirle disculpas a todas las chicas que sufrieron mi falta de cancha a los 19 años y que podrán identificarse con la pobre Chizo, a la deriva en las manos de un Jonatan que acelera a fondo, muestra menos sutileza para seducir que un pavo real y, para rematarla, la confunde y la llama...Nati. Ay, los kilómetros que faltan asfaltar.
