EL CONDUCTOR

EL CONDUCTOR

EL QUE SE CALIENTA, PIERDE


En una pecera de alta presión como es Gran Hermano, ¿cuánta diferencia pueden hacer un par de instantes de emoción descarnada? Acá me vendría bien la opinión del infalible Durán Barba, pero en base a intuición pura arriesgo que para algunos puede significar llegar a la cima de las preferencias, pero para otros puede resultar en la muerte pública. Éste parece ser el caso de Leandro, quien en dos galas previas no había cosechado ni un voto de sus compañeros y anoche terminó en la placa a la par de Pamela, Cristián U y Juan Pablo, los últimos dos por decisión propia. El ascenso de Leandro había empezado el domingo, cuando se erigió en uno de los líderes que más disputaba la decisión de Big Brother de sancionarlos por los destrozos a la casa, instancia que al final fue dejada en manos de la gente. Con más del 80% de los votos, ganó la iniciativa de aplicar la pena. Y si bien esto se puede achacar a una porción del público que, ante la duda, deja salir a su enano interior, lo cierto es que las cosas cambiaron en la casa y eso fue notorio a la hora de votar. Todos los que nominaron a Leandro alegaron que lo hacían por su actitud en los últimos días y así, poroto tras poroto, el muchacho se ganó una silla en el patíbulo telefónico. A tres semanas de empezado el encierro, está claro que Solange y Pamela no se pueden ver, que si Cristián U sobrevive a la nominación, se convertirá en EL jugador de la casa y que si Juan Pablo tarda tanto en concretar con Tamara dentro de un ambiente donde la ve tooodo el tiempo, su vida en el mundo real debe ser un poco...seca. Pero aleluya, la fama ya lo alcanzó y, al menos por un par de meses, de nada tendrá que preocuparse.

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