LLANTOS EN LA MADRUGADA

A las 21.30 en punto de ayer, Marley, en reemplazo temporario de Jorge Rial, dio el puntapié inicial en la pantalla de Telefe a la primera gala de nominaciones de Gran Hermano 2011. Vestido de un riguroso traje negro y bastante en control de sus gestos y tics más insoportables de antaño, el espigado conductor arrancó de una manera divertida una transmisión que no tardó en volverse dramática, al menos desde los ojos llorosos de una de las nominadas. Pero no me quiero adelantar y vamos a ir paso a paso. De entrada hay que contar que hay reglas nuevas para esta emisión, siempre con la idea de tirar más sangre en esta pileta mediática. A diferencia de años anteriores, los “hermanitos” nominaron en vivo durante la gala, y aparecieron más instancias alteradas: dos participantes fueron instruidos a “complotar” y a votar ambos a las mismas personas, con la salvedad de que nadie debía enterarse. La necesidad de meter todos los votos dentro de las casi tres horas de programa limitó la cantidad de clips que se mostraron, pero quedó claro que a Alejandro le cuesta encontrar un lugar, que Rocío tiene a la calle Corrientes entre ceja y ceja y que lo que Luz tiene de petisa, lo tiene de suelta, relajada y decidida. A la hora de los bifes sorprendió (pero solamente un poco) el hecho de que las mujeres se votaran mayormente entre ellas y esto terminó incidiendo en la votación final. Los comodines recayeron en Emanuel, que duplicaba la cantidad de votos que le daba a sus nominados, y en Pamela, que debía transferir la mitad de sus votos a otro participante. Por otra parte, Natalí y Gisele debían acordar sus votos y lo hicieron, pero fueron sancionadas por haber dado a conocer que estaban complotando (desde acá pareció un chiste, pero nada menos ecuánime que un crítico que pierde automáticamente la noción de tiempo y espacio cuando ve a un par de chicas en ropa interior). De la mano de Emanuel (la votó en primer lugar y le dio cuatro votos en vez de dos) y de la sanción de GH, Gisele llegó a la primera placa, lo que la hizo estallar en una crisis cuasi histérica de llantos y balbuceos. La otra chica que llegó a los teléfonos fue Rocío, una Vanucci en potencia al decir de Jorge Rial, que fue la depositaria de la mitad de los votos de Pamela. A lo mejor esta chica tiene algunos problemas en ubicar a Uzbekistán en el mapa, pero frente a la adversidad se puso un traje de elegancia impasible y afrontó el momento con entereza, lo que - garantizo- le va a rendir frutos en la próxima gala. Y antes de ser acusados de un tibio sin compromiso, desde esta humilde Pentium 3 monitor 14 pulgadas arriesgo que Rocío se va a deshacer de Gisele. Y voy por más. Quiero que esto pase, porque no hay nada peor (y créanme que una chica hueca con una cuota de histeria corriéndole por las venas como Rocío, no lo es) que tener que mirar el espectáculo de una joven regodeándose en la autocompasión ante la primera adversidad. Si tengo que elegir entre que mi hija use el conchero o tenga que pagar una vida de terapia, elijo la opción A por la simple razón de que, al menos, la puedo correr de mi casa con la certeza de que no se va a morir de hambre.